domingo, 17 de enero de 2010

Episodio 127: 37 garbanzos

Hoy estábamos comiendo con Álvaro y Teresa (los padres de Susa, como algunos ya sabéis llevan unos días en casa). Andábamos disfrutando de un buen cocido madrileño. La comida ha discurrido, como es habitual, de un modo informal, fiestero y dicharachero. Entre risas y copas de vino me han contado algunas anécdotas de hace tiempo. De cuando Álvaro, debido al sobrepeso que tenía, tuvo que ponerse a dieta.
Claro, las anécdotas varían según las cuente uno u otro, pero la panzá que me he pegado a reír no tiene desperdicio. Discutían mucho al respecto. Álvaro discutía (y mucho) incluso con el endocrino. Imaginaros lo que es para un gallego de buen comer tener que realizar una dieta estricta. La gota que colmó el vaso y que hizo que Álvaro se plantase al día siguiente en la consulta del médico para mantener una fuerte discusión con el mismo fue un cocido.
Por aquel entonces las órdenes eran que sólo podía comer cien gramos de legumbres. En el caso de un cocido eran cien gramos de garbanzos. Nada de la sopa previa. Nada de carne, nada de chorizo, nada de morcilla, nada de tocino...... Parece ser que mientras todos los demás se ponían las botas Álvaro se dedicó a contar el número de garbanzos que entraban en esos cien gramos. Y le salieron 37 garbanzos.
A la mañana siguiente se plantó en la consulta, para pedirle algo de flexibilidad al respecto, pues según él se estaba muriendo de hambre. El médico aseguraba que todo era de coco. Con la dieta que le había puesto era imposible que pasara hambre. El asunto acabó en discusión. Parece ser que el médico puso cara de sorpresa cuando Álvaro le comentó:
¿Cree usted de verdad que una persona adulta se puede mantener comiendo exclusivamente 37 garbanzos?. Prueba el irte a trabajar con 37 garbanzos en el estómago.
Se marchó de la consulta pegando un fuerte portazo, mandando al médico y a la dieta al carajo.

Álvaro, va por tí.








37 garbanzos.
Y me estoy quedando en los huesos,
con algo de pellejo alrededor.
Deseando comerme toda la carne
del cocido.

Es un asunto muy duro
por este médico cabrón
cambiar mi gordito aspecto
por el de una modelo de Dior.

Y hacia la calle tristeza
me fui
sin llevarme a la boca una pieza.
Y sin poder picotear tan siquiera
esas cosas tan ricas de los anuncios......


No te sofoques mi amor,
pero tengo que hablar con el médico primero,
antes de darte más del cocido,
lo hago por tu salud......

Y con los brazos en cruz
me voy haciendo transparente.
Soy como La Cayetana
con la piel colgando de mi cuerpo.
Y siento agujas en el estómago,
y sabía de gente que pasa hambre,
quiero algo salado
quiero pegar bocado!!!!.......

Tienes algo más
y no me lo quieres dar.
Que el demonio del hambre te lleve
a la salud de mañana.

37 garbanzos,
37 garbanzos,
son los que me he jalado.
Por Dios!!!

No te sofoques mi amor,
pero tengo que hablar con el médico primero
antes de darte más del cocido
lo hago por tu salud.

6 comentarios:

  1. ¡Qué gracia! Me imagino al probetico gallego contando los garbanzos que se podía comer...

    ¿El poemita es tuyo, niño del traje de licra? ¡Has vuelto a las andadas!!!

    Salud, con morcilla y con chorizo.

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  2. Espero que Radio Futura me perdone por ello.

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  3. me declaro vegetariana

    y decimonónica, como tu prima

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  4. Vegetariana puede. Y no se si será mea culpa o es que usted ya lo era antes.
    Decimonónica?. Ya sabes que no, en ti resulta imposible. Jamás ví un Lagartito tan moderno.


    Por si estuviera equivocado desde el siglo XXI la mando un beso.

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  5. Radio Futura no sé si te perdonará. Yo desde luego te doy mi bendición .... ¡lo que me río yo con tus cosas, prenda!
    Anonimamente, claro, pero con muchos besos

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  6. Bueno, si tengo tu perdón y bendición... que lo hagan o no Radio Futura.... como que me importa un pimiento. Esta noche dormiré más tranquilo.

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