No sé el por qué, pero hace unos días me dió por tararear esta canción. Tampoco es que estuviera todo el día haciéndolo. Bueno un poquito si. Y alguna que otra mañana lo hice recién levantado. Normalmente me tomo el café malhumorado. Quejándome de y por todo. Ya sabeis como soy. Por eso me sorprendió al hacerlo tarareando esta canción. Continué más tarde en la ducha. Trascurridos unos dias se me pasó. O eso creía yo, pues esta mañana ha vuelto a ocurrir. En fin, no soy médico. No se si esto será grave o no. He notado que lo hago cuando se acerca el fin de semana. Se agrava cuando entre semana voy a algún concierto, partido, a tomar algo.... Y ahora que lo pienso, cierto es que últimamente he bailado con la música de ciertas chicas que estan muy bien (Laura Vane, Imelda May). Claro que también he bailado con la música de tíos hechos y derechos (Black Joe Lewis, The New Mastersounds). Quizás el estar de buen rollo, pensar en fiesta y cachondeo me haga canturrear esta melodía.
Todo esto tampoco es nuevo. Ya me ha ocurrido en otras etapas de mi vida. Cuando era más joven y estaba todo el día de jarana. En la adolescencia ni os cuento. Decir que al principio Mi Gran Noche finalizaba muy temprano. Tan temprano que en realidad era Mi Gran Tarde, pues acababa con el ocaso del sol y nada más comenzar la noche. Ahora, eso sí, que GRANDES TARDES!!!!!!. Primero acababan a eso de las 21 horas. Luego a las 22 horas (ya por fin) de la noche, las 23 si había buen rollo con el cacique de mi padre. Y direís: como todos. Vale, de acuerdo. Pero lo mio duró casi hasta la mayoría de edad. Y a veces me encontraba en situaciones muy embarazosas y absurdas. Ejemplo y sólo es un ejemplo. No significa que esto ocurriera así. Es una manera metafórica de contarlo. Pues eso, ejemplo:
Yo siempre había pensado, o al menos así se muestra en las películas, que cuando tenías una cita (ya se que suena cursi, es por llamarlo de un modo) era el chico el que acompañaba a la chica a casa. Y no al reves.
Así era, yo tenía que llegar a casa antes que todas mis amigas o parejas. Por eso me dejaban todas. Mi madre, sobre todo con este ejemplo, lo entendía perfectamente. El cacique,.... sencillamente no se podía hablar con él. Menuda imaginación tenía que echarle para lograr tener al menos una Mini Gran Noche. Todo esto se acabó el día, concretamente el anterior a cumplir los 18, en que me planté delante del cacique y le dije que me iba a celebrar la mayoría de edad. Y que duraría todo el finde. Incluida la noche del domingo.
Debo confesar que en realidad me viene desde pequeño. La de tardes que nos hemos tirado escuchando al amigo Salvatore. Esta canción ya la cantaba desde que era un baby. Y la de bailoteos que nos hemos pegao a costa de ella. En fin, será porque como me decía mi madre mientras me tiraba del moflete: hay que ver lo que te gusta la canción. Tendré que tener cuidado contigo, a ver si te vas a convertir en todo un golfillo.
Y porque que queréis que os diga, pero puestos a elegir entre Mis manos en tu cintura y demás canciones parecidas de Adamo, como que me quedo con el ritmo bailable de esta oda dedicada a la juerga y desenfreno que es Mi gran noche.
Yo siempre había pensado, o al menos así se muestra en las películas, que cuando tenías una cita (ya se que suena cursi, es por llamarlo de un modo) era el chico el que acompañaba a la chica a casa. Y no al reves.
Así era, yo tenía que llegar a casa antes que todas mis amigas o parejas. Por eso me dejaban todas. Mi madre, sobre todo con este ejemplo, lo entendía perfectamente. El cacique,.... sencillamente no se podía hablar con él. Menuda imaginación tenía que echarle para lograr tener al menos una Mini Gran Noche. Todo esto se acabó el día, concretamente el anterior a cumplir los 18, en que me planté delante del cacique y le dije que me iba a celebrar la mayoría de edad. Y que duraría todo el finde. Incluida la noche del domingo.
Debo confesar que en realidad me viene desde pequeño. La de tardes que nos hemos tirado escuchando al amigo Salvatore. Esta canción ya la cantaba desde que era un baby. Y la de bailoteos que nos hemos pegao a costa de ella. En fin, será porque como me decía mi madre mientras me tiraba del moflete: hay que ver lo que te gusta la canción. Tendré que tener cuidado contigo, a ver si te vas a convertir en todo un golfillo.
Y porque que queréis que os diga, pero puestos a elegir entre Mis manos en tu cintura y demás canciones parecidas de Adamo, como que me quedo con el ritmo bailable de esta oda dedicada a la juerga y desenfreno que es Mi gran noche.
Decir que el vídeo me encanta, será pq me gusta lo retro. Me gustan esos peinados y vestidos de la época. Y que decir de ese baile espasmódico. En casa, al igual que otras muchas canciones, la bailábamos asin. No conozco otra manera de hacerlo
ResponderEliminarCon esa carita, ¡quién se iba a creer que Adamo podía ser un "chico malo", que "bailaba" con chicas que estaban muy bien pero que a uno le ponen mal!
ResponderEliminar¡Qué manera de decirlo tan rebuscada!
A mí también me gusta Adamo... pero en francés.
Estoy segura de que ninguna chica te dejó porque tuviera que... acompañarte a casa a ti. Lo harían encantadas.
ResponderEliminarCreo que les apetecería hasta arroparte y darte el beso de despedida en la cama... ¡pero cualquiera se enfrenta con el "cacique"! Claro que si estaba en su casa, en su casa él manda. (Alguien tiene que mandar)
Ja,ja,ja. Porverita no se fie de los que tenemos (y me incluyo) carita de bueno, semos los peores.
ResponderEliminarY no me acompañaban a casa, ya me hubiese gustado que lo hicieran. Y mas que me arroparan. Elegian continuar de mi fiesta. Normalmente me volvía solito a casa. No doy penita.
Pues no, no me da usted pena, porque me parece a mí que se queja mucho, pero hace su voluntad y se sale siempre con la suya...
ResponderEliminarPues lo que es, es. Y no voy a decir que no, pq es cierto. Casi (y digo casi) siempre me salgo con la mia.....
ResponderEliminar